miércoles, 9 de noviembre de 2011

Capítulos del 62 al 64

Pues ya una vez acomodados en la casa del bueno don Antonio la conocimos mejor, y habiéndonos presentado a varios de sus amistades, una noche compartimos en una cena las experiencias de Sancho como gobernador de una ínsula la cena fue muy placentera al compartir nuestras propias anécdotas. Cuando busqué a mi señor me di cuenta que se iba a otro aposento con don Antonio, por lo que decidí seguirles, entramos a un salón done había una especie de yelmo de bronce, y según dijo don Antonio era espectacular lo que hacía, al parecer era un yelmo sabio y podría responder cosas futuras o acerca de personas que a la lejanía estuvieran. Esto me parecía increíble y al parecer lo pondríamos a prueba al día siguiente. En la mañana don Quijote fue a visitar el centro de la ciudad y se admiró que todos le conocían, pero era por que su caballo llevaba escrito el ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Una de esas personas envidiosas del camino, le dijo que estaba loco, que loco era por los libros de las caballerías. Se fueron y esa noche pusieron a prueba el yelmo de bronce que al parecer había sido hecho por un encantador hace mucho tiempo atrás. Todo fue como había dicho don Antonio atónito quedé al haber visto como el yelmo respondía certeramente a lo que Sancho y don Quijote preguntaron el yelmo respondió. No me expliqué de donde venía la voz si la boca no se movía, pero todo parecía tan real que la posibilidad de que fuera una broma era casi imposible. A la mañana siguiente al hacer el paseo matutino pasamos por una imprenta donde se estaba traduciendo un libro al castellano pero desde mi punto de vista el traductor no se veía tan competen. Estaba por traducir la segunda parte del ingenioso hidalgo don Quijote de la mancha, lo único que esperamos es que estas aventuras se cuenten tal y como fueron realmente sin mas ni menos detalle de ellas, por que lo que hace a una buena historia es la cercanía pura y verdadera de lo hechos. Zarparon al día siguiente a una pequeña excursión en las galeras de alta mar. Fueron Sancho , Don Quijote y Antonio, y por supuesto no me iría a perder una a aventura en alta mar. Salimos y la aventura de este día fue algo confusa para no confundiros mucho, lo sucedido fue que nos encontramos con otros dos barcos en el cual se realizaría un acto cruel contra dos turcos, al ver aquel acto, fuimos al barco. Luego todo se tornó muy confuso no se por que no recuerdo bien lo que pasó. Luego apareció una joven, la cual iba a ser injustamente afectada, y contó su historia como venía huyendo de su país natal por un orden de su padre, y esta había de volver al lugar para sacar un tesoro de su familia , pero cuando fue a su casa este ya no estaba por lo que debía de hacer todo el viaje de regreso, en eso uno de los que iba en el barco resulto ser el señor Ricote el antiguo vecino de Sancho el que justamente iba de regreso a su casa a buscar un antiguo tesoro, seguramente llegó antes que su hija y fue por este motivo que ella no encontró nada cuando ella fue a buscarlo. Se regresaron juntos padre e hija después de tanto tiempo. Y esta fue nuestra aventura en alta mar. La esposa de don Antonio al parecer disfrutaba enormemente de la compañía de la hija de Ricote y su aventura le parecía aún más encantadora. Como poco más tarde de medio día salió mi señor don Quijote a caminar por aquella playa hermosa, y un momento a solas con él era incomparable, su presencia valía todo. Caminando nos encontrábamos mientras salpicaba levemente su cara con el agua salada del mar, cuando a la lejanía vimos como se acercaba un caballero en un caballo de contextura robusta y con una luna blanca bordada en su pecho. Se acecó a don Quijote y al preguntarle su nombre y confrimar que era mi señor. Un poco confundidos los dos nos dispusimos a escuchar la propuesta del caballero de la luna blanca, en resumidas cuentas le dijo a mi señor don Quijote que lo retaba, a una batalla para demostrar que su doncella era aún más hermosa que Dulcinea del Toboso, si el caballero de la luna ganaba mi señor debería de admitir que su doncella era más hermosa, y que Dulcinea del Toboso (cosa que don Quijote no iba a admitir) además debería dejar el oficio de la caballería por un año o hasta que el lo indicase, si don Quijote ganaba podría hacer con la cabeza de este caballero lo que él quisiese. Don Quijtoe aceptó y llegó el gobernador del pueblo don Antonio y Sancho justo en el momento, Varias personas se acercaron todo estaba pasando tan rápido, yo confiaba en mi señor pero me preguntaba estaría listo para todo esto. Se alejaron uno del otro y paralizado a un lado de la playa vi como corrían con todas sus fuerzas, ambos caballos, todo iba tan rápido, en eso vi como el caballero de la luna blanca arremetió contra mis señor don Quijote sin siquiera haber sacado su lanza, y dio con el en el suelo junto con Rocinante, saco su lanza y lo rindió diciendole que confesase que su amada era más hermosa que Dulcinea. A lo que don Quijote respondió, que era Dulcinea el ejemplar de belleza pura que habitaba en el mundo y nadie superaría su belleza, por lo que si lo desea caballero de la luna blanca puede quitarme la vida. En ese momento me volví hielo como pudo haber ofrecido algo así, terminar con todo tan aprisa. Pero el Caballero de La Luna Blanca dijo que se conformaría que dejase su oficio durante un año. Un año si aventuras!!! Eso era casi que imposible, en eso oí un suspiro de Sancho que decía esto debe ser obra de algún encantamento, esto no está pasando. Todo se volvía cada vez más absurdo, Sancho creyendo en encantamentos, y Don Quijote resignándose a la aventura por un año o más. El gobernador mandó a que averiguasen quien era este caballero, mientras que otros ayudábamos a levantar a don Quijote.

No hay comentarios:

Publicar un comentario