sábado, 17 de abril de 2010

Capitulo del 4 al 6



Al parecer por lo que ocurrió en la venta la historia iba a comenzar las ganas de aventurarme en la imaginación de un hidalgo iba a comenzar, no podía esperar y por lo que pasará a continuación mi vida y la de este singular hidalgo cambiará. Mi vida se basa en refrescar a la humanidad , pero ¿Que hay de mi? Deseo explorar, conocer, sentir esa pasión por algo más que hacer ; correr aventurarme, ayudar a este hidalgo , que yo su buen escudero seré. Pues nuestro curioso Alonso decidió regresar a casa, según el a acomodarse. Fuimos camino hacia su casa, cuando de pronto se oían unas voces poco comunes unos gritos en el bosque sople tan fuerte como pude para ver si podíamos oír mejor entonces Don Alonso se dirigió hacia lo profundo del bosque y encontramos un criado de un adinerando señor, el cual flagelaba a su criado por perder una de sus ovejas cada noche y ser descuidado; Don Alonso se enfureció, yo como su escudero soplé para votar el látigo cuando entonces el criado, su señor y Don Alonso empezaron discutir, sobre la paga,que el criado era un incompetente, que sus ovejas se escapaban en fin ; don Alonso decidió pagarle al señor adinerado lo que su criado le debía, entonces lo colgaron al señor y lo azotaron hasta que lo dieron por muerto don quijote montó a Rocinante que por un gran rato comió para reponer sus energías. Retomamos el camino cuando un grupo de mercaderes, y el con su imaginación pensó que era tiempo de otra de una aventura! Pensó que estos mercaderes tenían a su amada Dulcinea del Toboso, los mercaderes decían que no la conocían pero don Alonso pensó que era una falsedad y se enojo tanto que tomó su lanza y corría hacia ellos , yo quería evitar una desgracia entonces sople y levante una gran cantidad de polvo que en los ojos de rocinante cayó y lo hice caer de tal manera que don Alonso en el suelo quedó. Los mercaderes y sus sirvientes se bajaron de sus mulas y le dieron una paliza a don Alonso que yo dudaba que se pudiera levantar, fallé como escudero pues por más que sople hirieron a mi querido compañero. Así fue paso la noche y nuestro querido don Alonso seguía tendido en el piso , yo lo cuide toda la noche empecé a dormitar cuando un curioso labrador que iba camino hacia el molino se detuvo y observó a el malherido don Alonso , se arrodilló y le quito la venda que llevaba en la cabeza par su sorpresa, supo que era don Alonso su vecino. Este amigable labrador lo junto los puso en su mula, recogió todas sus armas y las puso en Rocinante don Alonso se medio despertó y empezó a decir unos disparates que al pobre labrador casi loco lo volvió. Don Alonso imaginaba la historia del caballero andante que lastimado en la montaña había quedado, creía que el labrador era Marqúes de Manuta y don alonso creía ser aquel desafortunado caballero, mientras sus disparates decía yo cuidaba del pobre Rocinante que sin mala intención boté y la obstinada mula que cargaba al loco de don Alonso. Yo con gran emoción de tener aventuras y al parecer todo terminaría si lo llevaba a casa pues su sobrina y su criada no lo dejarían salir...Tarde noche se hizo y mientras el labrador desesperado de las locuras de don Alonso le dijo que el no era aquel marqúes sino don Carlos Alonso su vecino y que el era no más que Don Alonso Quijana. pero don Alonso decía que el sabía bien quien era y que haría todo por su amada dulcinea. Mintras este par de confundidos señores discutían y esperaban la noche yo me adelanté a la posada de don Alonso Quijana como supe que era llamado.En esta casa se encontraban el cura, el barbero que parecían ser cercanos de don Alonso, su sobrina y su criada también estaban ahí y criticaban los despreciables libros de caballería que volvieron loco a don Alonso. Luego llegó el labrador con don Alonso que lo único que pedía era que le sanaren las heridas, lo dejaran reposar, que le dieran alimento y no quería responder ni la más mínima pregunta. Estaban todos resguardando a don Alonso yo también pero de un pronto a otro todos se fueron y se metieron donde estaban los libros de don Alonso ; yo me quede a la par de don Alonso y esperé a que volvieran pero tardaban y tardaban ; me entró la curiosidad de ver que hacían allí. Estaba la sobrina , su criada, el barbero y el cura. Leian el titúlo del libro y los apilaban cerca del corral, hablaban de quemarlos, algo tenía que hacer! trataba de soplar para que no pudiera saber de que trataba el libro pero por más que trataba lo lograban leer y todo cuanto era de caballería lo apilaban apra que fuese quemado me fui desconoslado y termine de pasar la noche con nuestro querido "Don
Quijote".

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