martes, 18 de octubre de 2011
Capítulos del 55 al 57
Después de haber sancho hablado con su conocido se dispuso a pasar la noche en las faldas de este hermoso lugar, pero muy de mañana se despertó alistó al rucio y su camino continuó, pero iba el pobre Sancho tan deprisa que calló en una antigua gruta o algo parecido el pobre rucio y yo también caímos con el , desesperados y casi sin esperanza de no poder salir de ese hoyo donde nos encontrábamos. Pasamos es día ahí y Sancho pensaba pesimistamente que este sería nuestro fin. Pasamos la noche en este lugar intentando no moverme mucho para que la noche no fuera fría. A la mañana siguiente Sancho encontró un hueco por donde cabríamos el Rucio y yo. En eso nos entretuvimos gran parte de la mañana , al llegar a un punto escuchamos una melodiosa voz que cualquiera reconocería , Don Quijote. A lo largo el oiamos y después de un intercambio de preguntas y respuestas durante un buen rato, fue a llamar por ayuda y después del esfuerzo de muchos hombres nos sacaron a Sancho a rucio y a mí. Fuimos al palacio y nos reunimos con los duques, Sancho don Quijote y yo. Sancho les dio cuentas de su gobierno de 10 días y admitió que no resultó muy bien su labor como gobernador por lo que el duque decidió darle en un futuro un trabajo más simple. Llegó el día de la batalla entre don Quijote y el caballero que iría a desposar a la hija de Dueña Rodriguez. Cabe rescatar que al parecer el duque y la duques disfrutaron de los pocos días de gobierno de Sancho. Se sentía una gran ansiedad en el aire, y por supuesto emoción. Llegó el día de la batalla todo parecía tan real, el oponente en su caballo don quijote preparado sobre el cansado rocinante yo soplando a favor de mi señor la dueña Rodriguez, su hija y los duques mirando el encuentro. Salió don quijote a envestirlo con fuerza cuando vio que el no reaccionó se detuvo; luego vio una conmoción, al parecer el caballero montado no era el que iba a desposar a la hija era un lacayo del rey, todo era una confusión. don Quijote concluyó que era víctima nuevamente de los encantamientos, encantadores y demás. todos se rieron mas Sancho y yo sabíamos que era la única explicación lógica del por que su cambio de apariencia. al final se contentó la señorita y se tendría vigilado el lacayo. Llegó el día en que al fin decidió don Quijote irse de ese palacio de los duques los cuales solo hacían burlas de él. Preparamos todo Sancho arregló al rucio y a rocinante, y estando a punto de partir Altizidora, sirvienta de los duques dijo que al parecer mi señor don Quijote se llevaba algo, unas ligas al parecer, más mi ilustre caballero jamás cosa semejante haría. El duque investiga a Altizidora y se da cuenta que es un engaño, pide perdón a don Quijote y desea que la suerte sople a su favor en el camino venidero. y así salimos del palacio enrrumbandonos a zaragosa.
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